Con una malla nueva en mi bolso, fuimos a la residencia de la embajadora.
Allí iba a cantar mi hermana en el festejo de Lucia.
Había pepparkakor, lussekatter y glögg.
Con el casí frío que hacía podía llegar a parecer navidad.
Igual, ahora que lo pienso, NO había un arbol con lucecitas.
Que extraño...
Estuvo lindo.
Yo cantaba las canciones por adentro y vi señoras secarse la lagrimas de sus caras.
Después fuimos a la vietnamita a comer su comida.
En el taxi, después de haber hecho 30 cuadras me acorde del bolso!
Oh no.
Lo olvidamos en el restaurante....
Volvimos.
Estaba, por su puesto.
Y de allí, otro taxi para volver a La Boca de nuevo.
Creo que tomamos taxi como para un año..
Hoy entregan el diploma a Cristina.
Vamos a ir!
Va a ser divertido el encuentro entre familia Hatzenbuhler-Leguizamon.
Feliz Viernes a Tutti!
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