Johan era un macanudo con ojos azules y con muchas ganas de hablar en sueco con mis alumnos.
El 64 también es hermoso a las 19 horas, lleno de gente cuando escuchas a Nina o Håkan en tu ipod.
En foto éramos casí no más que 4 personas. Claudio me abraza fuerte y me deja tomar prestado la bombilla para tomar ese mate que trajo Cristian. Que volvió.
Vemos colores, números, linias y curvas. En mis ojos entra un poquito de sueño.
Dani y yo hablamos de esas cosas, de que estamos de acuerdo, de que nos reimos y de que nos unimos.
Paso rápido por casa para buscar ese vino que tenía allí, para llevarlo en un 86 que me va a llevar a la casa de Guaddalupe en su cumpleaños.
Primero me junto con Lu la linda y después entramos en el calor de Lezica, de guiso de lentejas, vinos, uno un poquito caliente, torta de chocolate hecho por Pablo que parece que quiere mucho a ella, un gato, santiagueños, rulos y musiquita.
Poco descontrolado pero muy relajado y suave.
Después de paradas de colectivos, calles vacias y esperar un poquito en lo no tán frío, el 86 me lleva de vuelta a mi boca cerca de las tres de la mañana.
Yo ni lavo los dientes.
Que su miércoles sea sol!
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