Ayer estaba inspirada.
O será que los cementerios y domingos de sol me hace eso.
Tomamos un subte casí vacío, salvo dos turistas españoles qué me gustó como hablaban.
Me trasladé un poquito a ese subte todo moderno qué tomamos en Madrid.
Pero que igual prefiero este, muchas veces.
Y la B. Nunca tomo la B. También me gusta mucho.
El asiento de tela bordeaux, gastado y hasta un poquito romántico.
A Lala le dolía el cuerpo de tanto bailar.
En la entrada nos querían vender flores.
Flores de colores bastante kitch y tierra fertil.
Pero nosotras no veniamos a eso.
Veníamos a caminar por pasillos tranquilos y de otras épocas. Sacar esas fotos.
Sentir el calor del sol en la cara sin escuchar bosinas. Buscar cosas místicas por ahí.
Leer de otra gente que ya no están aquí.
Llamenós morbos.
Pero era muy hermoso en una forma rara ahí dentro.
Yo saqúe miles de fotos.
Y después tomamos mates entre cruzes y dos bancos de madera.
Cuando terminó el agua y empezó haber más sombra que sol ahí adentro, nos fuimos.
Yo me tomé el 19 para puente saavedra.
Es muy lindo tomar un colectivo que uno nunca toma.
Ver otros caminos, casas, gente y aires.
El 19 pasaba por lugares bastantes pipi cucu.
Vi casas y casonas que son lindos de ver de afuera, pero que no me gustaría vivir adentro.
En saavedra me esperaba Cristina y su gato Humberto con un guiso delicioso y velas.
Era muy lo que nececitaba para entrar en calor de nuevo.
Humberto se sentó en conmigo y me daba más calor. Muy lujoso.
También hubo alfajores cordobesas, cafés, ver "resultados" y hablar de y de.
Después tomamos ese tren rojo que siempre se ve tan lindo cuando lo veo pasar.
Fuimos a Retiro para despedirnos de Mariano que volvía para sus pagos.
Ahí también estaba Agustin. Bastante dolorido por la famosa caida de la escalera.
El me llevo en su auto con supercalefacción a La Boca de nuevo para seguir comiendo, pero en su casa y con sus luces y gatos. Y hablar de otros de y de.
Cuando era casí otro día de nuevo fuí para casa.
Sentí que hacía días que no andaba por aquí.
Me había olvidado de toda la ropa en el sillón, en la cama y en el piso.
Las tazas de te para lavar y la lavanda.
Prendo estufa al máximo y ducha larga y caliente.
Y al dormir escuchar la pelea de los vecino de arriba.
Es cómo qué activan a esas horas.
Hoy hay mañana de lujo.
Y a la noche parece que hay bombas de tiempos.
Por primera vez.
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