Hay tango en el Teatro Verdi.
Voy de nuevo. Pero esta vez sin Gabriel y no me cruzo con Martin o Ramón.
Y que pasó un viaje en el medio.
Si hay otros personajes. Que por ahí ellos me incluyen a mi.
Pido vaso de cerveza (vaso!) y me dan manís. De esas que tienes que pelar.
Tres pesos. Tres pesos!
El teatro es un lugar muy lindo, pero un poquito melancólico en el mismo tiempo.
También hace más frío ahí dentro que afuera.
Pero yo estaba en calor. Y las caras de la gente me daba más.
También me intrigaba mucho la mujer que tocaba el piano con su pelo largísimo.
El que cantaba contaba de Gardel. Que el estuvo en ese teatro cantando.
Pero que estaba lleno y que el en un momento salió a cantar para los que estaban en la vereda.
No se si será verdad, pero no importa.
Estuvo lindo. Y saqué fotos. Muchos. Después las voy a subir.
Cuando se hizo la hora fuí para mi vieja casa. Con un tinto y cachetes coloradas heladas.
Ahí estaba Gabriel haciendo guisito de pollo, los dos gatos, Ana Maria y un Fran dormiendo.
Salamandra prendida. Lujo total.
Comíamos en ese living que ahora es distinto por más que mis cuadros siguen ahí.
El pollo estaba exquicito y lo que contaba Ana Maria también.
Ella hablaba de ese tiempo. De cuando conoció a Omar. Como se conociercon.
De enamorarse, casarse y vivir en ensenada y esperar el colectivo.
Yo la escuchaba y disfrutaba en sus palabras.
Un miércoles lindo y calentito.
Ahora hay entrevista con pastor, arrancar con Kontakt, mate, budín de zanahoria y metro.
Si.
Hay sol, humo de bocas, tres buzos, jose gonzales en oidos y mucha ganas de cambiar ese color.
Feliz Jueves!
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