Tuesday, 23 August 2011
Sessión adentro de un ascensor
Yo voy a su casa a tomar mate calmados. Ella me saca foto en su ascensor, que ahora que estan con un foco menos, es más como el subte A.
El 152 se moja en sueco, todo por supuestos.
Por sumas raras. Pero no me importa.
Los mates de Lucila fueron y dieron calma.
Pero más ella.
En su ropa entre casa que casí me gusta más que ese vestido hermoso que me mostró.
Y su hogar.
Es como un departamento de una película de woody Allen.
Estoy muy para una de esas ahora.
Vicky dice que la mía parece de una casa de muñecas.
Me gusta que ella lo ve así.
Lucila escucha, opina y cuenta.
Es una mano suave justo donde uno lo nececita.
Cuando se hizo la hora de llevar gringoes por ahí, yo agarré lo mío y bajé a la realidad de nuevo.
A calles por donde camina gente, al frío y a la hora perfecta.
Entre la tarde y de que se hace de noche.
Cuanto me toca esa luz.
Yo camino santa fe, callao, arenales, libertad y montón de otras calles con nombres como esas y distintas.
Hasta llegar a La Boca y al chino con la china más simpática.
En la casa de Agus hay una cena caliente, una cerveza fría, dos gatos con frío y un yo que puedo poner la música que quiera.
Mucho La Boheme porque me toca justo allí y allí.
Y ese corto. De amor.
Que domingo como un lunes rarísimo
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