Hay zapatillas blancas por primavera y un apagó estufa.
Faltaría sacar la frasada de pluma y un helado.
Pero también falta un par de días para que sea la primavera "oficial".
Ayer hubo un 130 en anochecer. En todos quierendo volver a sus casas.
Tengo un epecie de fasinación sobre esa hora. La de pico. Más voy en contra. Para el otro lado.
Que la mía queda atrás. Porque es un poquito como ver una película. Y no ser parte de.
Ser parte de cosas más flotantes.
Ser parte de esa nube, de ese vestido y de esa sonrisa.
Hay un Palaise de Glace y un llegar temprano. Los dos.
Así que, cual es en realidad.
Nunca había ido allí y creo que nunca había sentido esa sensación antes.
Es lindo y redondo.
La noche está fresca y caminamos.
En silencios pasamos una fiesta de KENZO muy top.
Después me arrepiento de no haber agarrado uno de esos perfumes que te "regalaban".
De prueba.
En vez de francés hay farmacia. Hay aclarar mensajes y casí enojarse de nuevo.
Pero las maderas de la vieja farmacia da calmas.
También da sorrentinos con pesto, vino tinto, sonrisa, silencio y acercamiento.
De nuevo.
Noche hermosa.
152 y acordarse de la historia que me había olvidado.
Es un poquito volver 6 años atrás.
El aire tiene el mismo aroma y todo parece un poquito nuevo.
Será por casí primavera, pero yo me siento la Karin que recién llega.
O por ahí estoy descubriendo un otro Buenos Aires.
Con más madera acariciandome mequilla. Tratandome más suave. Más de mujer que de niña.
Cuelgo cortina y queda lindísimou.
También convido de Marabou de Maurizio y dos cafés.
Busco mis fotos de las que saqué allá y un poquito acá.
Quedaron muy lindas.
Que lujo que tengo yo, con esa camera de mi papá.
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