Sunday, 6 November 2011

Luces el domingo

Y que los días siguen así.
Aunque ahora empezamos a bajar la persiana en las horas fuertes de sol y dejan aujeros de sombras lindas en la pared.
Con Samina hacemos cosas rutinarias y un poquito del día día.
No corremos, no tomamos trenes y colectivos.
Caminamos. Mucho.
Vamos al supermercado, nos sentamos en frente el riachuelo y sentimos un poquito viento fresco. Desayunamos en Bar Roma.
Hablamos skånska. Y mucho. Reimos en skånska. Y mucho.
Vemos película sueca y de nuestra infancia y eso es una taza de alegría.
Compartirlo con alguien que sabe exacamente.
Venimos del mismo lugar.
Nos turnamos de poner canciones. Primero yo, despues ella, y así.
Y que ponemos la misma música. Kitch y no kitch.
Conocemos. Porque venimos del mismo lugar y porque ella sabe quién es mi madre y yo se la suya.
Talvez un día vamos a ser más grandes que ahora y vamos a tener cada una dos bebés llorando, gritando y nos vamos a acordar de estos días.
Y de que ella fué mi primer visita en mi segundo primero lugar.
Que es un poquito especial.

Aparte de esto hubo fin de semana un poco rara.
A mi me agarró eso de enfermarse de la pansa y que nada se quiere quedar allí dentro y tuve que poner pausa en mi vida y no hacer absoluta mente nada durante todo el sábado.
Que por otro lado igual no estuvo tan tan mal.
Dormi horas y pensé mucho. Mucho y bien.
Samina se fué a pasear por ahí y tranquila me quedab yo. Por ambas cosas.
La noche anterior hubo música y comida peruana y deliciosa.
Hoy arrancamos suavemente y fué lindo caminar y ver esa película.
Terminamos le noche en la feria de san telmo con pizza y un poquito de sueño.

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