El barrio lento

Que los tiempos aquí son distintos.
Aquí hay más velocidád.

Yo me asusté con esas letras grande que me decian card error card error.
Soplé una vez más y asunto arreglado.
Lo único era que yo hubiese querido sacar fotos en Buena Hierba.
Que ahora parece casí ser nuestro lugar favorito.
Es a esas horas. Cuando el sol ya no pega tan fuerte y el edifico antiguo en frente, casí brilla.
Yogúr, café con leche y tostadas de pan casero.
Todo servido así que es tan placentero para los ojos y el cuerpo.
De eso quería sacar.
Y que esa remerita a ella le queda tan lindo. Con pelo y ojos.
Son días en que está todo un poquito fuera de si y se nececita cariños.

Un poco más tarde llega Lucila y siento que hace demasiado que no la veo.
Por suerte ella siempre sonríe y te abraza fuertísimo.
Tiene cosas de contar de Uruguay y nos acordamos del yogúr de ellos.

Su pelo esta suelto y es verano en caseros abajo una sombrilla verde.
Nos despedimos de delicias y del camarero que se había enamorado un poquito de Anita.
Ellas dicen que les gusta venir por acá.
Cruzamos parque lezama y está lo más cercano a perfecto.
Hay viento y historia de primer amor y de un choque fatál.

Gus nos abre la puerta y hay una mesa grande, guitarra y Ramón cantando Julio & Agosto.
Hay sillas pintadas que no hay que tocar y un perro simpático.
Pero arriba es más lindo aún.
Se ve los nubes y el cielo como un colchón sobre la boca.
Es un privilégio estar allí, ser parte de y vivir en ese barrio.
Poty saca un barrilete y hay que agarrar justo en el viento preciso.
El otro chico dice cosas como los diría Marcos y llegá la Inéz también.

Es un martes que terminó siendo más que un martes cualquiera en enero.
Como fué el lunes y domingo también.
Creo que el verano es la clave.