Todavía hay sol, pero ahora es distinto.
Como contaba Guadalupe cuando me mostró el patio.
Que las rayas ya no llegan hasta ese punto, pero a ese otro si.
Despertarse un sábado y sentir que es domingo y que mañana no va a ser lunes igual.
Despertarse y acordarse de haber soñado de un montón de cosas.
De Sara bebé y pidiendo que la levante.
De un hotel para ancianos en Villa Gesell y que estaban leyendo la revista Kontakt.
De que Rauni y sus dos hijas se habían todas cambiado su color de pelo y Rauni ya no era rubia.
Y de cucarachas, como si lo otro no fuese suficiente ya.
Debe ser por corrientadas y chifletes que vienen de todos lados y direcciones.
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