Friday, 1 June 2012

Ser parte dos

Prendo el calefón y que lujo eso de que sale agua caliente.
Cuando ellas agarran hollas sale sabores distintos.
Que afortunada que ando yo por tenerlas.

Es bastante tarde, pero igual sale zanahoria rallada, jengibre, tomates secos, hongos y sésamo.
Es justo lo que había visto esa primera vez que vi esos azulejos turquesas y negras.

Hace frío, pero en esa cocina hay calores.
Chocolates de Bariloche, budín de canela y manzanas caramelizadas.
Di. Os.

Después nos metemos en la caja de zapatos que perdió su encanto, pero guardó un poquito de su calor.
Salen un poquito de secretos.
Yo ya no guardo casí nada. O por lo menos con ella no.

Y que estos días llevan sol y aire profundo, pero me falta música nueva o vieja.
Lo importante es que sea desconocido.
La campera que dejó Vicky me protege y me da el calor que nececito.

También que me parece que Krickelin escribe muy lindo y pienso que si estuviese escribiendo en sueco, me gustaría que salga así.
Que allá está empezando el verano y es lindo saber de eso.
Y que yo nececito un nuevo invierno para olvidarme un poquito del otro.
Todo tiene un nuevo sabor.

Guadalupe tira ideas de pasto en vez de piso en el segundo patio.
Al decirlo, yo ya siento mis pies sobre elio y que hay calor en la nuca.
Soñamos un poquito.

Anie dice que no está preparada.
Pienso que hay una posibilidad de que nunca lo vamos a estar.
Preparados.

Y que Agus habla de las 8 de la mañana un sábado.
No quería decir nada, pero no es como muy temprano?
Por ser sábado digo..


2 comments:

  1. cris leguizamon1 June 2012 at 18:20

    me gusta la idea del pasto!

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  2. Sí, las ocho es pronto... sobre todo en fin de semana. Se prefiere el remoloneo.

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