7 años no es nada

Hoy cumplo 7 años. Creo que el día era igual de sol. Pero más frío. Fueron tostadas en el café en frente. Que ahora es un restaurante. Fué caminar un poco y tomar el subte. El color verde. San Telmo y esperar un poco en un sillón rojo en softnet? Así se llamaba? Ahora en ese lugar, hay una cortina de chapa siempre abajo y cerrado. Conocí al famoso Bordon. El si sigue igual, o así parece. Fué un poco miedo y nervios. Yo era rubia, pero rubia de verdad. Iba al banco y pedía cambio de dolares a pesetas. Pesetas!? En que planeta vivía yo? También me acuerdo que estaba Mirta y que ella compraba kilos de frutas. Que después se pudrieron en la heladera. Estaba Rubén y su montón de familia. La heladería y el portero. Plaza italia y expectativas. Todo nuevo. Todo con olor a lavandina. Que eso me pareció exótico y me sigue traslando a ese tiempo. Como algo muy lindo. Frescuras aventuras. Yo era toda chiquita. Inocente y más boba que ahora. Preguntaba por todo. De todo. Todo el tiempo. Hoy es otro barrio y capaz que un poquito otra chica también. El pelo voló. Varias veces igual. Y ahora esta volviendo un poco porque cuando sopla viento, siento que mi pelo vuela. Eso quiere decir algo. Fueron más calles y veredas, cacas de perros y viajes. Conocí muchas personas y lugares. Aprendí a hablar. Un poco mejor. Aprendí cantar y putear. Gritar más fuerte y llorar. Por bien o mal, no sé. Se que es esto y lo otro. Me animé a subir a algunos colectivos y trenes, pero todavía me faltan más para tomar. Vi muchas películas y escuché mucha música. Mudé, nos mudamos, hemos mudado. Conocí convivir, no vivir, vivir. Un perro y fantasmas. De esto yo no sabía nada. Hace 7 años atrás. Y me da mucho curiosidad saber que pasará dentro los próximos 7 años.