Llueve. Llueves. Lluevamos.
Afuera.
Y un poco adentro.
Antes de ayer por canilla abierta en el 3 piso.
Anita inundada.
Hoy seca ella.
Mojados mis libros y livings.
Yo que pensé que estabamos salvados.
Protegidos.
Igual me esta gustando esta agua.
De locos.
Y locas.
Porque resulta que el barrio esta lindo, con y sin lluvia.
Que porque me acompaña Kubric, no me molesta que los converse se mojan y caen gotas de mi nariz.
A el tampoco.
O así parece.
De noche es la nieblina y la llovizna.
Ese humo.
También.
De la usina misteriosa.
Y eso de conocer tus vecinos.
Cada uno un personaje.
Y no digo que Anita con las botas de Johanna y yo con mi pelo parado, no entramos en ese perfil también.
Porque somos parte de.
Esa locura de azul y oro.
Como canta ella.
Hay varios perros. Si.
Despues esta la vecina que no para de hablar y no te escucha ni por un segundo con su caniche toy y su novio 20 años más joven.
Esta el que vende el pan en frente el hospital agerich.
Lo sé. Porque lo ví.
Después el copao, que dice si madre, flaca, niña y así.
Y la bastante de arriba. Como grandota.
Mis vidas.
Es bizarro. Tuti. Un poco.
A madre le hubiera encantado el show.
Diría algo así como película de Almodovar.
En el medio.
Lasagna de berenjena y que volvió Mariano con un nuevo look.
Aunque no sé si pega con el barrio.
Hay que tener mucho actitud para no pisar los miles de cacas de los perros, para que no te pise el 168 que viene demasiado rápido y para no quemarse con los fuegos que hacen en las calles y sobre las veredas para el asado.
Y que Agus es un capo. Muchísimo.
Mi nuevo cuarto está llegando a su estreno.
Ayer pintar blanco. Pared e ventana.
Colocar vidrios nuevos, si y transparentes.
(Mi visita en la vidrieria es para otro película biazarra).
Lijar lijar lijar.
Virulana que corta dedos.
Litros de mates y los kanelbullar de Rauni.
Así estiramos y estiramos.
Y nos tiramos en el piso por cansancio.
Maldito. Piso.
Lijar lijar y si luego.
Pintar. La mitad.
Y un poquito más.
Esto va a quedar espectacularr.
Coon varios rrrrrrr.
Lo sé. Porque lo vi.
Alora toca más tormentas y un almuerzo mensual.
Aunque preferiría seguir manchando y lastimando un poquito manos y llenar garganta de polvo para ser parte de ese proceso y llegar hasta el domingo.
Y después, cuando sentis ese cansacio en cuerpo y mente, darte el gusto. De.
Y de.
Happy Friday
Afuera.
Y un poco adentro.
Antes de ayer por canilla abierta en el 3 piso.
Anita inundada.
Hoy seca ella.
Mojados mis libros y livings.
Yo que pensé que estabamos salvados.
Protegidos.
Igual me esta gustando esta agua.
De locos.
Y locas.
Porque resulta que el barrio esta lindo, con y sin lluvia.
Que porque me acompaña Kubric, no me molesta que los converse se mojan y caen gotas de mi nariz.
A el tampoco.
O así parece.
De noche es la nieblina y la llovizna.
Ese humo.
También.
De la usina misteriosa.
Y eso de conocer tus vecinos.
Cada uno un personaje.
Y no digo que Anita con las botas de Johanna y yo con mi pelo parado, no entramos en ese perfil también.
Porque somos parte de.
Esa locura de azul y oro.
Como canta ella.
Hay varios perros. Si.
Despues esta la vecina que no para de hablar y no te escucha ni por un segundo con su caniche toy y su novio 20 años más joven.
Esta el que vende el pan en frente el hospital agerich.
Lo sé. Porque lo ví.
Después el copao, que dice si madre, flaca, niña y así.
Y la bastante de arriba. Como grandota.
Mis vidas.
Es bizarro. Tuti. Un poco.
A madre le hubiera encantado el show.
Diría algo así como película de Almodovar.
En el medio.
Lasagna de berenjena y que volvió Mariano con un nuevo look.
Aunque no sé si pega con el barrio.
Hay que tener mucho actitud para no pisar los miles de cacas de los perros, para que no te pise el 168 que viene demasiado rápido y para no quemarse con los fuegos que hacen en las calles y sobre las veredas para el asado.
Y que Agus es un capo. Muchísimo.
Mi nuevo cuarto está llegando a su estreno.
Ayer pintar blanco. Pared e ventana.
Colocar vidrios nuevos, si y transparentes.
(Mi visita en la vidrieria es para otro película biazarra).
Lijar lijar lijar.
Virulana que corta dedos.
Litros de mates y los kanelbullar de Rauni.
Así estiramos y estiramos.
Y nos tiramos en el piso por cansancio.
Maldito. Piso.
Lijar lijar y si luego.
Pintar. La mitad.
Y un poquito más.
Esto va a quedar espectacularr.
Coon varios rrrrrrr.
Lo sé. Porque lo vi.
Alora toca más tormentas y un almuerzo mensual.
Aunque preferiría seguir manchando y lastimando un poquito manos y llenar garganta de polvo para ser parte de ese proceso y llegar hasta el domingo.
Y después, cuando sentis ese cansacio en cuerpo y mente, darte el gusto. De.
Y de.
Happy Friday
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