En las horas de

Octubre huele a chocolate y yo creo que lo sabe.
Anita corrige mi grámatica pero yo sigo pisando mal.
Tán mal que me caigo y lastimo rodilla.
Ahora tengo un moretón más y otro menos.
Uno que reemplaza el otro.
Y así.
Supongo que es un poquito con todo.

Ayer quería sacar verdades de Agustín, pero no llegué.
Es posible que me lo está diciendo igual, sin decirlos.
Tratamos blogs, facebooks, felicidades, depresiones y chicos.
En una segunda tanda.
Cristina me regala esa taza tán linda que yo hacia mucho que soñaba con tener.

Duermo con Kubric.
O mejor.
Kubric duerme conmigo.
Y yo me levanto antes que el.
Para poner lindo ese primer cuarto para esos primeros extranjeros.
Son un par de nervios.
Más los otros.

Octubre también viene más verde de lo que yo me esperaba.
Eso es lindo.
Porque es en todos los sentidos pienso yo.
En verde novedad.
Verde, en eso de pasar.
Libre.

Y que mientras pasa eso.
Las obras terminan.
Las cosas llegan a su fin.
Que es su principio.
Personas vuelven de viajes, para después irse de nuevo.
Son reuniones que terminan tarde y desayunos que deberían ser de domingo pero son de martes.
Nuevos cortes.
Es un flequillo.
Dos flequillos.

Estamos cerca ahora.
De calores.
Y de calmar locuras.

Sisi.
Es ahora