Friday, 28 December 2012

Cuatro estrellas



Talvéz es por la luna.
Que anda llena.
Que sopla aire y de noche es lindo abrigarse.
De día pinto la mesa verde claro.
La silla y la mazeta también.
Conosco el tapicero y por fin la parilla 29 también.
Las circumstancias son raras.
Y al pasar por tu casa con la bicicleta y no ver signos de vida.
Me mueve un poco.

Los contrastes son más fuertes y el sol arde más.
Cuento las pecas y los lunares.
Son muchos más ahora.

Casi no salgo del barrio.
Nisiquiera de mi casa.
Tomo mates en tandas.
Me baño con agua frío y me siento en el sol y dejo que el me seca con sus rayas.
Leo.
Escribo.
Cuido las plantas y recibo visitas.
Las brasileras y yo nos cumunicamos en silencios.
Con sonrisas, gestos y manos.
Es muy harmonico.

Estoy por enfermarme y mi cuerpo pide la cama.
Trato de escucharlo pero no es fácil.
Trato de hacerle caso.
Pero vistes.
La inquieta yo.
Que se mete dónde no debería y contesta cuando debería dejar silencios.

Visito Brint y los gatos de Agus y Cristina.
Les doy de comer y pongo agua.
Abro las ventanas para que entre aire y me siento en la esquina para respirar un poco.
Es raro estar en la casa sin ellos.
Ver sus cosas pero no escuchar a ellos.
Hay algo muy íntimo sobre eso.
Y casí siento que invado.


Me tiro en el piso y veo una película.

A la vuelta es tarde y hay gente haciendo asado sobre la vereda.
Me da ganas de quedarme pero estar invisible.

Participar sin tener que hacer nada.




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