Cuando escuchás la palabra que no sabías que estabas buscando.
Es un poco como llegar a casa.
O volver.
Perfecto alivio.
Kubrick cada vez entiende más lo que significa mochilas y valijas.
Cuando llega la gente y cuando se van.
Cuando ponerse contento y cuando ponerse triste.
Esta mañana se fueron las chicas brasileras y no sé quién de nosotros dos está más triste.
Nos cariñamos.
Ellas eran de esas que no te vas a olvidar.
Puro amor.
Te llenabas como de ternura estar en su presencia nomás.
Sin decir nada.
A Anita le hubiese encantado.
Compartian.
Su música.
Sus comidas.
Su vino.
Sus risas.
Era como una cosa natural tenerlas en casa.
Como si siempre hubiesen estado.
Compraron pelotas a Kubrick.
Jugaron con el.
Salían a caminar con el.
Y el se ponía más contento cuando volvían ellas que cuando volvía a casa yo.
Se enamoraron.
Los tres.
Y pienso que si Kubrick se cariña así de tanto con la gente, por algo es.
Las voy a extrañar. Muito.
En la ciudad, el calor está volviendo después de unos días más de primavera.
Que también fueron hermosas.
Hubo mariposas en los aires.
Los vi.
La ciudad también está sin su gente apurada y estresada.
Es lujosa toda la situación.
Volver caminando sin escuchar bosinas y frenos fuertes.
Escuchar el silencio de la calle y las veredas.
Ayer hubo almuerzo de trabajo y cuanto disfruté de esa comida.
Después me caí en la escalera en lo de agus y no sé lo que pasó con mi hombro.
Pero algo raro pasó porque ando medio sin poder moverlo.
Y que de nuevo es viernes y fin de semana.
Yo chiflo pero no sé si se escucha.
Tocó, pero no sé si se siente.
Miro y veo cosas muy lindas.
Es un poco como llegar a casa.
O volver.
Perfecto alivio.
Kubrick cada vez entiende más lo que significa mochilas y valijas.
Cuando llega la gente y cuando se van.
Cuando ponerse contento y cuando ponerse triste.
Esta mañana se fueron las chicas brasileras y no sé quién de nosotros dos está más triste.
Nos cariñamos.
Ellas eran de esas que no te vas a olvidar.
Puro amor.
Te llenabas como de ternura estar en su presencia nomás.
Sin decir nada.
A Anita le hubiese encantado.
Compartian.
Su música.
Sus comidas.
Su vino.
Sus risas.
Era como una cosa natural tenerlas en casa.
Como si siempre hubiesen estado.
Compraron pelotas a Kubrick.
Jugaron con el.
Salían a caminar con el.
Y el se ponía más contento cuando volvían ellas que cuando volvía a casa yo.
Se enamoraron.
Los tres.
Y pienso que si Kubrick se cariña así de tanto con la gente, por algo es.
Las voy a extrañar. Muito.
En la ciudad, el calor está volviendo después de unos días más de primavera.
Que también fueron hermosas.
Hubo mariposas en los aires.
Los vi.
La ciudad también está sin su gente apurada y estresada.
Es lujosa toda la situación.
Volver caminando sin escuchar bosinas y frenos fuertes.
Escuchar el silencio de la calle y las veredas.
Ayer hubo almuerzo de trabajo y cuanto disfruté de esa comida.
Después me caí en la escalera en lo de agus y no sé lo que pasó con mi hombro.
Pero algo raro pasó porque ando medio sin poder moverlo.
Y que de nuevo es viernes y fin de semana.
Yo chiflo pero no sé si se escucha.
Tocó, pero no sé si se siente.
Miro y veo cosas muy lindas.
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ReplyDeletePuss, lilsis