Es antes del horario de trabajar que entro a trabajar.
Trabajar entre comillas.
Había acompañado Johanna y KF al terminal para tomar el barco que los va a llevar a Uruguay.
Un Uruguay que hoy debe estar muy lindo.
Kubrick nos acompaño.
Contento.
A las siete hacia calor.
A las ocho un poco más.
El cuarto de ellos ya tiene perfume de ellos.
De Suecia y las cosas que traen.
Está en su ropa, en sus cremas, libros y maletas.
Es hermoso tener una parte de ellos y eso en mi casa.
Ayer hicimos día domingo.
Terazza, sol, pileta, parilla, siesta y caminar por ahí.
Y conocí unas chicas particularmente lindísimas.
Sus seres y lo que transmitian.
Yo me animé ventilar espacios que andaban con poco aire.
Y donde el poco aire pesaba.
Ahora se alivió un poco.
Y creo que a ella le hizo bien también.
El sábado fuimos a ese restorán que se convertió en mi favorito.
Con Ana Maria y Gabi.
El vino blanco de la casa y tortilla a la española llenó mi pansa.
Pero más las palabras que volaban sobre esa mesa.
Se cruzaban.
Y las cosas que pasaban abajo.
Sentir algo que es parecido a agradecimiento, pero que es mucho más en realidad.
Por todas las cosas que pasaron.
Hasta ahora
Y que nos lleva a esa mesa.
Siempre terminamos en esa mesa.
Un poquito eso quería transmitir yo a ella.
Y hay mucho más.
En los fondos.
Dando vueltas.
Que son todo cosas lindas, pero dificiles de tocar y hacer sonar como quiero que suenan.
Mañana llega otra parte de la familia tan grande.
Y aveces no de acuerdos.
De nuevo voy a ir a Ezeiza y voy a ser sincera.
Estoy anciosoa.
Pero no sé si pasa por ellos nomás o si también es un poco lo otro.
Es tranquilidad. Igual.
De golpe animarse a decir esas otras cosas.
Y no poner tanto importancia en lo que la otra parte opina.
O de lo que vendrá después. De todo.
Maneras.
Hoy el pantalón es rojo.
Trabajar entre comillas.
Había acompañado Johanna y KF al terminal para tomar el barco que los va a llevar a Uruguay.
Un Uruguay que hoy debe estar muy lindo.
Kubrick nos acompaño.
Contento.
A las siete hacia calor.
A las ocho un poco más.
El cuarto de ellos ya tiene perfume de ellos.
De Suecia y las cosas que traen.
Está en su ropa, en sus cremas, libros y maletas.
Es hermoso tener una parte de ellos y eso en mi casa.
Ayer hicimos día domingo.
Terazza, sol, pileta, parilla, siesta y caminar por ahí.
Y conocí unas chicas particularmente lindísimas.
Sus seres y lo que transmitian.
Yo me animé ventilar espacios que andaban con poco aire.
Y donde el poco aire pesaba.
Ahora se alivió un poco.
Y creo que a ella le hizo bien también.
El sábado fuimos a ese restorán que se convertió en mi favorito.
Con Ana Maria y Gabi.
El vino blanco de la casa y tortilla a la española llenó mi pansa.
Pero más las palabras que volaban sobre esa mesa.
Se cruzaban.
Y las cosas que pasaban abajo.
Sentir algo que es parecido a agradecimiento, pero que es mucho más en realidad.
Por todas las cosas que pasaron.
Hasta ahora
Y que nos lleva a esa mesa.
Siempre terminamos en esa mesa.
Un poquito eso quería transmitir yo a ella.
Y hay mucho más.
En los fondos.
Dando vueltas.
Que son todo cosas lindas, pero dificiles de tocar y hacer sonar como quiero que suenan.
Mañana llega otra parte de la familia tan grande.
Y aveces no de acuerdos.
De nuevo voy a ir a Ezeiza y voy a ser sincera.
Estoy anciosoa.
Pero no sé si pasa por ellos nomás o si también es un poco lo otro.
Es tranquilidad. Igual.
De golpe animarse a decir esas otras cosas.
Y no poner tanto importancia en lo que la otra parte opina.
O de lo que vendrá después. De todo.
Maneras.
Hoy el pantalón es rojo.
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