Es un gajo y muchos sabores.
La noche fué fresca, pero el me vigilió y dió calor a los pies.
Que tanto lo nececitaban.
Hay niebla y hablan de un tránsito complicado.
Luciano da de baja por dar de alta proyectos a largos plazos.
Es sábio de el.
El calor de la leche al vapor con canela llega a todas partes y me hace despertar.
Aunque prendo las velas en vez de los luces reales para seguir un poco suave.
Un rato más.
En el camino pienso que sé donde sentarme arriba de los nubes y que eso también hace que sea un poco más de verdad.
Que va a pasar.
Hay un 34 y 44 a.
No sé los cuatros.
Pero no importa.
Y que eso de ir y volver, no sé cuanto vale.
Pero es divertido ver el show de los otros.
Porque yo en ese momento me siento un poco invisible.
Son turistas siguiendo el mapa por dónde va el colectivo para llegar hasta la boca.
Los borachos atrás, escuchando canciones como "perra" y "más negro que la noche".
Más cantando que escuchando en realidad.
Anda saber de dónde vienen y para donde van.
Sus realidades.
El único lugar donde nos vamos a cruzar en esta vida tálvez es alí, en el 64 llegando al mismo destino tan distinto.
Es martes en junio.
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