Seguir escuchando esos discos.
De Karin de antes.
De 18 años.
Sentir que es la misma.
Ella.
Aunque ahora es otro país.
Un lemonpie para el cumpleaños que al final va a ser pasado mañana.
Un pan integral recién hecho y un perro.
Que ahora va a ser un año que tengo a Kubrick.
Y nos seguimos conociendo.
Ver fotos de Eva y su Suecia.
Su mirada y las cosas que le rodean a ella.
Que su Malmö es mi Malmö, pero totalmente distinto.
Sentir el sabor a primavera en medios de invierno.
Es una pisca.
Nada más.
Pero es lo suficiente como para extrañar.
O acordarse de.
La verdad pura es que,
Julio trata bien.
Más que bien.
Y no sé que hacer con eso.
Hasta me da cosas.
Que sea tán amable.
No será que en cualquiér momento deja de ser tán bueno.
Conmigo.
Es esta casa y lo lindo que es.
El barrio.
Que huele a madera quemada.
Sabe que es mi aroma favorita.
Arma favorita.
El pan del vecino.
Y de todos los días.
Ahora también pusieron luz a esa cruz tan pero tan kitch que no queda otra que encantarlo.
Amarlo.
Sobre Necochea.
Que son tres películas por 25 p y yo me animo.
Total no tengo nada para perder.
El chocolate de Graciela nomás.
Que alegro la tarde y no sé si fué por su gesto o por la frutilla que llevaba adentro.
Tálvez las dos cosas.
Y decido no hacer nada con tu carta y tus palabras.
Porque perdieron un poquito su efecto.
Por mál y y bien.
Entonces.
Y cando cruzo el parque.
Siento que sigo viajando por más que estoy talvez más quieta que nunca.
Es constante.
Ese sentimiento últimamente.
Por más que sería más fácil decir que creo que no sé como llegar a casa, aunque lo sé.
Como Bob Hund.
Que no es Bob Hansson, pero igual de lindo.
Y Del Viso.
Del vício.
Está ahí.
Como un corazón latiendo.
Pidiendo estar escuchado.
Sacado a la luz.
Pero yo lo guardo con cuidado y lo saco de a poquito.
Porque tengo un poquito de miedo que va a perder su brillo si lo saco demasiado.
En pensamientos y en el hablar también.
Es un quererlo para mi.
Que egoista.
Y los cienes de fotos.
No?
De Karin de antes.
De 18 años.
Sentir que es la misma.
Ella.
Aunque ahora es otro país.
Un lemonpie para el cumpleaños que al final va a ser pasado mañana.
Un pan integral recién hecho y un perro.
Que ahora va a ser un año que tengo a Kubrick.
Y nos seguimos conociendo.
Ver fotos de Eva y su Suecia.
Su mirada y las cosas que le rodean a ella.
Que su Malmö es mi Malmö, pero totalmente distinto.
Sentir el sabor a primavera en medios de invierno.
Es una pisca.
Nada más.
Pero es lo suficiente como para extrañar.
O acordarse de.
La verdad pura es que,
Julio trata bien.
Más que bien.
Y no sé que hacer con eso.
Hasta me da cosas.
Que sea tán amable.
No será que en cualquiér momento deja de ser tán bueno.
Conmigo.
Es esta casa y lo lindo que es.
El barrio.
Que huele a madera quemada.
Sabe que es mi aroma favorita.
Arma favorita.
El pan del vecino.
Y de todos los días.
Ahora también pusieron luz a esa cruz tan pero tan kitch que no queda otra que encantarlo.
Amarlo.
Sobre Necochea.
Que son tres películas por 25 p y yo me animo.
Total no tengo nada para perder.
El chocolate de Graciela nomás.
Que alegro la tarde y no sé si fué por su gesto o por la frutilla que llevaba adentro.
Tálvez las dos cosas.
Y decido no hacer nada con tu carta y tus palabras.
Porque perdieron un poquito su efecto.
Por mál y y bien.
Entonces.
Y cando cruzo el parque.
Siento que sigo viajando por más que estoy talvez más quieta que nunca.
Es constante.
Ese sentimiento últimamente.
Por más que sería más fácil decir que creo que no sé como llegar a casa, aunque lo sé.
Como Bob Hund.
Que no es Bob Hansson, pero igual de lindo.
Y Del Viso.
Del vício.
Está ahí.
Como un corazón latiendo.
Pidiendo estar escuchado.
Sacado a la luz.
Pero yo lo guardo con cuidado y lo saco de a poquito.
Porque tengo un poquito de miedo que va a perder su brillo si lo saco demasiado.
En pensamientos y en el hablar también.
Es un quererlo para mi.
Que egoista.
Y los cienes de fotos.
No?
No comments:
Post a Comment