Roberto Carlos sigue cantando de amor y Nahuel suspende clases.
El sol se muestra un poquito tímido y los pantalones se secan arriba la estufa de Anita.
Eva me deja palo santos y Agus me llama para pedir que me quide.
Kubrick espera la salida y mi pelo ahora tarda más en secarse.
La casa está un poco en silencios porque ellos se fueron a Bariloche y yo los acompañé a Retiro.
Uno de esos lugares que no cambió.
Que desde que venimos de chiquitas, sigue igual.
Después había que hablar y contar a esos estudiantes un poco de lo que se trata todo esto.
Pero no sé si mis palabras les llegan.
O si van a poder ver Retiro con esos ojos.
Pero es lindo igual.
Porque hay vino blanco y gente macanuda y uruguaya.
Después hay kilos de nachos y un mozo colombiano entre un poco de gritos y llantos.
Cosas que pasan los lunes.
Que luego se convierte en un martes.
Un martes pasan otras cosas.
Como hablar con Anita y verla por la camera. Y hablar mucho más fuerte esta vez.
No llorar.
O como comprar bifes angostas y luego cocinarlos en la casa de Agustín y que salga riquísimo.
Hay hongos, ajo, cebolla, romero y crema.
Hay Eva y copas de vino enormes.
Después también hay Mariano y hablar de cosas serias, piropos y reirse un montón.
Sentir calor en el pecho y abajo en la espalda.
Que el hueco se llena de todo eso.
Después dormir profundo y tranquila.
Quieta pero con sueños con movimientos.
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