Friday, 13 December 2013

La luna y que nos hace

Son dos.
Las tazas de café.
Y un cuesta despertarse hoy.

Es viernes en Buenos Aires y cada vez estamos más cerca el verano y esos días.
Es de noche cuando se siente más.
Cuando salís del restaurante con sus aires acondicionados y la calle te abraza.
Te abriga.

Habíamos ido a comer en ese lugar que ahora es uno de los favoritos.
Papá tenía ojos cansados, pero que el, de su lado adentro, siempre anda despierto y con ganas de hablarte o escucharte.

Yo venía de lo de Guadalupe que está yendo a un viaje que no tiene un fin.
Es un principio nomas.

Es subirse a un tren que te va a llevar a algún lugar en algún horario.
No saber bien a que hora llegar o que te espera.
Es bajarse y empezar a caminar.

Conocer su compañero de viaje, hablar de carpas, mochilas y Bolivia.

Ella me regala un árbol de palta que salió de su compost.

Pienso que lindo tener algo de ella creciendo en mi patio, mientras ella viaja.
Su forma de seguir estando.
Creciendo.
Cerca de mi.

Viajando en el subte con el paltero hay curiosidades.
Yo también me preguntaría.
En el 53 también.
Pero es más íntimo, como dice mi hermana.

Como la luna.
Las aguas y el ciclo.

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