Un día ya no miras más por la ventana.
Es cuando cruzas el parque que te des cuenta de eso.
Entender después que un día empezaste a mirar otras ventanas, puertas y techos.
Contar lunares, ver ojos de otros colores y continentes y sentir latidos.
Llevar una cinta roja, finita y nunca te diste cuenta.
Hasta cruzar el parque.
Es cuando cruzas el parque que te des cuenta de eso.
Entender después que un día empezaste a mirar otras ventanas, puertas y techos.
Contar lunares, ver ojos de otros colores y continentes y sentir latidos.
Llevar una cinta roja, finita y nunca te diste cuenta.
Hasta cruzar el parque.
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