Pareciera tropical todo, aunque pienso que esto no es nada.
La humedad queda en otro lugar lejos.
Igual sus camisas se pegan contra la espalda traspirada.
Se hace dibujos.
Figuras, las gotas sobre algodón.
Esquivan las otras gotas.
Las que traen aires de antártida.
Como si una gota más haría diferencias.
Yo las busco.
Como también busco la puerta de salida de la ciudad.
Busco lo trenes en sus estaciones y si no hay asiento, nos sentamos en el piso.
Y dejamos nuestras huellas allí.
Busco la ducha fría y tomo la cerveza helada y casi desnuda en su ventana abierta.
Busco a Anita y la encuentro en la cocina de su mamá.
María.
Ella lleva una pollera azul y es larga.
Como su trensa.
Cocina pescado y también hay palta y berenjena.
Cada vez es más casa y familiar.
Hay un poco de lágrimas y mucho cariño.
Sencillo y fácil.
Honesto, es lo que hay sobre esa mesa.
Eso es lo que necesito ahora.
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