No se bien que te dije, pero algo de verte.
Y varias veces repetido.
Seguro.
Los truenos no habían empezado todavía, pero sabía que estaban viniendo.
Sobre esa calle vacía.
Que siempre es el centro a esas horas.
Aunque adentro estaba mi amiga de alma y una mesa larga dónde estaba el galán del paternal.
Hacía mucho que ni lo había visto, ni escuchado.
Por ahí.
Ahora si.
Llegaron los truenos.
Después de cenar con padre, con un traje más rico.
En su vida.
Y que emoción rara.
Verlo así.
Todo elegante.
Para algo que nos va a llegar a cada uno a su manera.
Y una hermana.
Con más teatro y más improvisación encima.
Yo con menos cosas y más preguntas.
Tal vez.
Lleno huequitos, rincones y sombras con cosas que me dicen ellos.
Los espacios,
guardo para otras cosas.
Como las calles en lluvia que se llenan de silencios.
Cuanto lo necesito.
Esos momentos donde ni se dice, tampoco se escucha nada.
Para enfrentarme y no esconderme.
Ver a Pablo un dia de partido y que hacía meses que no nos veíamos.
Abrazarnos.
Como si fuésemos amigos de esos verdaderos.
Que yo pienso que somos.
Pero sin diálogos.
Hay una calma.
Y paz.
Entre su espacio y el mío.
Hermosuras en silencio y miradas.
Puede ser que se trate de eso.
Al final y ahora.
Paciencia.
Que ya va a llegar todo.
Pero a su tiempo.
Lento.
O rápido.
No se puede apurar nada.
Mientras.
Dejar.
Y que nos cruzamos con Christian y su Sandi tres veces en dos días.
Que el verano sigua haciendo ruidos.
La lluvía fuerte, pero suave.
En el mismo tiempo.
Ansiedad y tranquilidad llevándose bien.
Dejar las cosas así.
Mientras que sueñas.
Y varias veces repetido.
Seguro.
Los truenos no habían empezado todavía, pero sabía que estaban viniendo.
Sobre esa calle vacía.
Que siempre es el centro a esas horas.
Aunque adentro estaba mi amiga de alma y una mesa larga dónde estaba el galán del paternal.
Hacía mucho que ni lo había visto, ni escuchado.
Por ahí.
Ahora si.
Llegaron los truenos.
Después de cenar con padre, con un traje más rico.
En su vida.
Y que emoción rara.
Verlo así.
Todo elegante.
Para algo que nos va a llegar a cada uno a su manera.
Y una hermana.
Con más teatro y más improvisación encima.
Yo con menos cosas y más preguntas.
Tal vez.
Lleno huequitos, rincones y sombras con cosas que me dicen ellos.
Los espacios,
guardo para otras cosas.
Como las calles en lluvia que se llenan de silencios.
Cuanto lo necesito.
Esos momentos donde ni se dice, tampoco se escucha nada.
Para enfrentarme y no esconderme.
Ver a Pablo un dia de partido y que hacía meses que no nos veíamos.
Abrazarnos.
Como si fuésemos amigos de esos verdaderos.
Que yo pienso que somos.
Pero sin diálogos.
Hay una calma.
Y paz.
Entre su espacio y el mío.
Hermosuras en silencio y miradas.
Puede ser que se trate de eso.
Al final y ahora.
Paciencia.
Que ya va a llegar todo.
Pero a su tiempo.
Lento.
O rápido.
No se puede apurar nada.
Mientras.
Dejar.
Y que nos cruzamos con Christian y su Sandi tres veces en dos días.
Que el verano sigua haciendo ruidos.
La lluvía fuerte, pero suave.
En el mismo tiempo.
Ansiedad y tranquilidad llevándose bien.
Dejar las cosas así.
Mientras que sueñas.
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