La lluvia cae sobre la silla rota del ejercito del salvación.
Ni siquiera la boca lo salva ahora.
Cumplió su ciclo y su función.
Pide que demos vuelta de la hoja, o algo así.
Pero la lluvia sigue.
Mientras que busco la radio Ocean para seguir volviendo un poco para atrás.
Con querer ir para adelante.
El encontrarlo y trasladarse a otras lluvias.
Esas de verano y dónde no hay goteras.
Aquí y ahora me llueve adentro del baño y en unos de los dormitorios.
Puteo un poquito, pero muy poquito nomas y por adentro.
En silencios.
Pero después me acuerdo de Arusha y cuando estábamos atrapados en el medio de la nada y madre toda pálida y que pensábamos que íbamos a perder el avión.
Ese momento fue peor.
O cuando pensábamos que habíamos perdido el tren y que había que hacer noche en París cuando lo único que queríamos era eso de llegar.
Allí si que me puse mal.
Y eso no es nada en realidad.
Cuando pones en perspectiva.
Las cosas y los momentos.
O en comparación.
Si, tienes un par de goteas y que?
Es agua nomas.
No es más peligroso que eso.
Porque por otro lado puedes subirte a un avión y estar con tu hermana, Stephane y su Livia y estar bien.
Y que eso es lo que vale.
O mejor dicho, eso es lo que es.
Significante e importante.
Que Livia vomita sobre tu remera azúl es lo que cuenta.
De eso se trata.
Estar en ese momento.
Darme cuenta que no me puede quejar de absolutamente nada.
Porque soy una privilegiada en ese mundo.
De tener todos estos accesos.
A lugares, a personas, a sentimientos y a movimientos.
Y a un par de goteras.
Ni siquiera la boca lo salva ahora.
Cumplió su ciclo y su función.
Pide que demos vuelta de la hoja, o algo así.
Pero la lluvia sigue.
Mientras que busco la radio Ocean para seguir volviendo un poco para atrás.
Con querer ir para adelante.
El encontrarlo y trasladarse a otras lluvias.
Esas de verano y dónde no hay goteras.
Aquí y ahora me llueve adentro del baño y en unos de los dormitorios.
Puteo un poquito, pero muy poquito nomas y por adentro.
En silencios.
Pero después me acuerdo de Arusha y cuando estábamos atrapados en el medio de la nada y madre toda pálida y que pensábamos que íbamos a perder el avión.
Ese momento fue peor.
O cuando pensábamos que habíamos perdido el tren y que había que hacer noche en París cuando lo único que queríamos era eso de llegar.
Allí si que me puse mal.
Y eso no es nada en realidad.
Cuando pones en perspectiva.
Las cosas y los momentos.
O en comparación.
Si, tienes un par de goteas y que?
Es agua nomas.
No es más peligroso que eso.
Porque por otro lado puedes subirte a un avión y estar con tu hermana, Stephane y su Livia y estar bien.
Y que eso es lo que vale.
O mejor dicho, eso es lo que es.
Significante e importante.
Que Livia vomita sobre tu remera azúl es lo que cuenta.
De eso se trata.
Estar en ese momento.
Darme cuenta que no me puede quejar de absolutamente nada.
Porque soy una privilegiada en ese mundo.
De tener todos estos accesos.
A lugares, a personas, a sentimientos y a movimientos.
Y a un par de goteras.
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