El día siguiente se largó una lluvia que nadie esperaba.
El ayer de repente parecía quedar siglos atrás.
Y del mañana, nadie se animó hablar.
Hasta que vino la próxima primavera.
En ese instante, cuando el jazmín estaba floreciendo y lo llevaban encima y por todos lados, empezaron a hablar nuevamente.
De antes.
Abrieron cuadernos viejos y con polvo.
Algunas páginas estaban rotos.
Algunas páginas ya no se veía más el lápiz.
Se habían perdido las palabras escritas.
Por eso decidieron viajar juntos para atrás.
Para tratar de encontrarlos.
Ver si estaban por ahí todavía.
Era un riesgo.
Vida o muerte para ellos.
No había dudas.
Estaban dispuestos los dos a hacer semejante esfuerzo para buscar estar mejor.
Juntos o no.
El ayer de repente parecía quedar siglos atrás.
Y del mañana, nadie se animó hablar.
Hasta que vino la próxima primavera.
En ese instante, cuando el jazmín estaba floreciendo y lo llevaban encima y por todos lados, empezaron a hablar nuevamente.
De antes.
Abrieron cuadernos viejos y con polvo.
Algunas páginas estaban rotos.
Algunas páginas ya no se veía más el lápiz.
Se habían perdido las palabras escritas.
Por eso decidieron viajar juntos para atrás.
Para tratar de encontrarlos.
Ver si estaban por ahí todavía.
Era un riesgo.
Vida o muerte para ellos.
No había dudas.
Estaban dispuestos los dos a hacer semejante esfuerzo para buscar estar mejor.
Juntos o no.
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