El viento nos sigue contando de cosas.
De tal intensidad y con tantas ganas, que al salir de consti había que abrigarse.
Levantaba vestidos, polleras y flequillos.
Dimos la vuelta grande hoy.
Esa vuelta que habla de un Big Mountain de otras épocas.
Cuando era un lugar de veranear.
Pasamos sin querer por la casa de Pedro aca Per.
Y insistieron en invitarnos a pasar a conocer su lugar.
Que rápido y fácil entrar en la intimidad de alguien que hacía dos minutos no conocías.
Hay algo puro en eso que me caé bien.
Algo honesto en ver la pila de ropa sucia en la silla, las aspiradora en el rincón y las migas del pan del desayuno en la mesa.
No tienen nada para ocultar.
Me gustaría ser más así.
De tal intensidad y con tantas ganas, que al salir de consti había que abrigarse.
Levantaba vestidos, polleras y flequillos.
Dimos la vuelta grande hoy.
Esa vuelta que habla de un Big Mountain de otras épocas.
Cuando era un lugar de veranear.
Pasamos sin querer por la casa de Pedro aca Per.
Y insistieron en invitarnos a pasar a conocer su lugar.
Que rápido y fácil entrar en la intimidad de alguien que hacía dos minutos no conocías.
Hay algo puro en eso que me caé bien.
Algo honesto en ver la pila de ropa sucia en la silla, las aspiradora en el rincón y las migas del pan del desayuno en la mesa.
No tienen nada para ocultar.
Me gustaría ser más así.
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