Tres dosis de amor

Un día llega tu hermana con su macho y su Livia.
Y vas a Ezeiza con tu otra hermana manejando el auto de su suegra por Richeri.
No sabes bien que pasó en el medio.
Como llegaste allí.
Como llegaron allí.
Pero es hermoso.
Un poquito nervioso.
Porque es una visita.
Alguien te viene a visitar.
A ver te.
A conocer te.
A vernos.
En este lugar que queda afuera de llamadas skype, facebooks y mails.

Escuchamos a Carla y Kevin pasando los otro autos.
Pasamos los peajes.
Somos nosotros.
No es ir con uno de tus hermanos y dejar un poco la responsabilidad en ellos.
No.
Asumir.
Somos nosotras.
Como un sello de algo.
Una confirmación de que es real todo esto.
Vivimos aqui de verdad, porque alguien nos viene a visitar.

El aeropuerto esta vacío pero el estacionamiento completo.
Se abre la puerta y sale una familia cansada pero contenta.
De golpe estan.
Livia observando con cachetes colorados.
De golpe estamos casi completos como el estacionamiento.
Hasta el Matias de Vicky aparece.
Entramos todos en el auto.
San Telmo y una pizza antes de la siesta que ya sabemos todos va a ser hasta mañana.
La siesta mas larga del mundo.
La mejor siesta de todas.

Y vos volves al trabajo lleno de algo que no sabes bien como defenir.
Pero que es más que lindísimo.