En un verano poco veraniego te toca el mismo colectivero ochentoso tres veces en una semana.
Tu ropa huele espiral Uruguayo y las tormentas fuertes y de noche no se animan a asomarse.
Las gotas sobre la chapa no son las de lluvias, si no de los 53 aparatos de aire acondicionado que cuelgan de los pisos mas arriba.
En un verano poco veraniego tomas caipiroskas que prepara la mamá de Anita en su cocina que siempre abre nuevas puertas.
Es un aire fresco mezclado con algo que no lleva nombre.
Así de particularmente lindo es.
En un verano poco veraniego conoces una isla que se llama La Isla y ahora sabes porqué.
Nunca va a ver otra isla como esa.
Algo te tocó.
Nunca hubo tantas bienvenidas.
Despedidas.
Y nuevas vidas.
Otra música.
Un casamiento.
Y unos conocimientos.
Nunca pensé que nos íbamos a cruzar de esa manera.
Cruzar sin cruzarse.
Todo lo viejo es nuevo.
Todo lo de antes, es ahora.
Prometen lluvia para la noche.
Tu ropa huele espiral Uruguayo y las tormentas fuertes y de noche no se animan a asomarse.
Las gotas sobre la chapa no son las de lluvias, si no de los 53 aparatos de aire acondicionado que cuelgan de los pisos mas arriba.
En un verano poco veraniego tomas caipiroskas que prepara la mamá de Anita en su cocina que siempre abre nuevas puertas.
Es un aire fresco mezclado con algo que no lleva nombre.
Así de particularmente lindo es.
En un verano poco veraniego conoces una isla que se llama La Isla y ahora sabes porqué.
Nunca va a ver otra isla como esa.
Algo te tocó.
Nunca hubo tantas bienvenidas.
Despedidas.
Y nuevas vidas.
Otra música.
Un casamiento.
Y unos conocimientos.
Nunca pensé que nos íbamos a cruzar de esa manera.
Cruzar sin cruzarse.
Todo lo viejo es nuevo.
Todo lo de antes, es ahora.
Prometen lluvia para la noche.
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