El ventilador de Lala viene sobreviviendo golpes trás golpes.
Es una luchadora.
Ayer pisé el cable por la séptima ves.
El ruido que se escuchó cuando se cayó al piso fué dramático y doloroso.
Pensé, ahora si se murió.
Y pero no.
Allí estaba.
Torcida y con un par de piesas plásticos menos, pero girando.
Increible.
Que siga con ganas de girar y girar.
Auydandome a aguantar las noches calurosas.
Se merece un premio.
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