Tuesday, 24 March 2015

La última noche

Me había parecido que había algo parecido a.
Algo familiar.
Algo en común.
Ahora que esta la certeza no hace diferencia.

Prieto canta sabor a mi y la lluvía que cae afuera es suave.
Tomamos uno de los vinos franceses antes que se ponga mal por haberlo guardado para esa ocación especial que nunca llega.
Es todo mágico y pasa constantemente, lo especial.

Todo por poner demasiado presión y peso en lo que valga como especial.
Una noche al principios de otoño en un martes que se siente como domingo es igual de especial como cualquiér otra noche especial.

Sobre esa mesa pesada de una madera hermosa, pero que yo en una de esas locuras mías la pinté de rosa.
Que lo arruiné en el mismo tiempo que lo disfrasé hermosamente rosa.
Sobre esa mesa siempre se come y se toma verdades.
Allí no disfrasamos nada.
Ese rol ya lo ocupa la mesa misma.
Y nisiquiera el en realidad lo puede disimular mucho más.
Ya la pintura se empezó a gastarse.
Por tantas pizzas, tacos, verdades y fernets.

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