Después vamos a ese lugar que escuché es algo así como parecido a lo real y verdadero.
Así me había parecido de afuera.
Adentro era difuso el hilo de lo verdadero y de lo otro que no tiene un nombre preciso.
Pude ver lo puro en el polvo que bailaba entre las personas bailando.
En la mirada del niño atrás del escenario y en la silla de mimbre tirado en el piso.
En la espalda de el que miraba para adelante.
Lo otro quedaba en las palabras que salía de su boca.
No se daba cuenta de que cada uno de ellas, era una prenda menos en el.
Cada vez se quedaba más desnudo, menos protegido.
Más evidente y envuelto en lo difuso que quedaba entre la niebla del polvo y las luces de colores.
Era allí que estaba su duda.
Allí donde ella se perdía.
Cuanto quedaba en evidencia lo que a travesía por cuerpo?
Cuanto decía no diciendo nada?
Esa noche soñó con víboras y arañas en el pelo.
Y que los amigos hablaban de su miedo.
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