Thursday, 23 July 2015

Casí Ellen

Las noches más hermosas son las frías.
Por ahí el día no estuvo tán de acuerdo.
Pero en el final esta la recompensa.

Por la tarde vez a uno de tus hermanos a travez de una vidriera.
El a su vez esta atrás de un otro vidrio charlando con el chico que esta sentado en el asiento de pasajeros.
Trato de hacerlo verme, pero el esta muy concentrado en su charla.
Como si cada letra que sale de su boca valiera oro.
Y su pasajero, serio.
Hago señales de fuego con mis brazos, pero no, no hay forma.
No me ve y no me va a ver.
Porque estoy adentro de una fotocopiadora y hay dos vidrios que nos separa.
Hoy no estamos en el mismo mapa.

Las noches más calientes son las frías.
Porque llevo esos ojos marrones como una foto en mi y me acompañan en mi regreso a casa.
Me abrigan y me dan calor.

Después estan todas esas otras vidas que me llenan cuando estoy cansada de ser el relleno.
Estan allí como un abrazo fuerte, como el agua caliente y el caramelo dulce.

Trato de recibir nomas.
Sin culpas.

Y de golpe hay un día que vuelvo a casa antes que baje el sol.
Porque julio resultó ser un poco así.

Inesperado.
Necesario.
Sorprendente.

Y es esa tarde que encuentro el nuevo lugar.
El lugar donde puede ser que salga cosas hermosas.
Por como cae la luz.
Por las cosas que vez por esa ventana.

Y porque justo allí hay un enchufe para el caloventor.

Por todas esas cosas, gracias

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