Monday, 10 August 2015

Santagur

Otra vez te encuentres en Ezeiza y por subirte a ese monstruo maravilloso de maquina que te va a llevar lejos.
Lejos como en Suecia.
Suecia como en casa, familia, infancia, nostalgia y encuentros.

Te va a tocar el asiento a lado de una pareja de Almagro con problemas de cintura y amantes de tomar cruzeros.
Ella resulta ser de La Boca y me cuenta de la fábrica de pasta que yo también conosco, pero que hace unos años dejó de andar.
Hay algo tranquilo en saber que hemos comido la misma pasta.
En saber de que calles hablamos.
Por más que después hay un már, como el Atlántico, que separa nuestros días días.

También te va a tocar comida Hindú.
Algo que en realidad era un experimento nomás.
Pero que logró hacerse realidad.
Y que no era tan wow como me había imaginado haciendo el click cuatro meses atrás.
Se ve que el verano me inspiró.

El viaje va a ser movidizo, pero vos vas a estar tranquila.
No sabes muy bien como o de donde, pero encontrás una calma y tranquilidad que te deja dormir y no pasarlo mal.

En París hay sol y una miniespera para subirse a ese otro avión.
Te resulta extraño ya estar tan cerca el destino.
Ezeiza y el cielo gris parece otra vida.

Ellos te esperan con banderas, sonrisas y abrazos fuertes.
Es papá, Alicia y KF que vino de un casamiento.
Llevamos sushi a lo de Johanna y su pequeña Ellen.
Es tan pequeñita.
Johanna, tán feliz.
Es hermoso encuentro que todavía te cuesta creer.
Como es caminar por estas calles y ver que muchos lo hacen descalzos.

Es todo tan normal.
Es todo tan natural.

Como que no hay dudas.

Hay paseo en bicicleta en el sol y quemarse los cachetes.
Comer sandwiche de camarones, tomar cerveza y que en la mesa de a lado hay una pareja de Argentinos.
Tomar mates uruguayos y ver una película en la casa de alguien que armó su propio cine.
Caminar por el centro, comer salmón y Lantchips.
Los quesos que sabe mi mamá y pasear por las gondolas de Systembolaget.

Ah y godis.
Por su puesto.

De eso consisten estos primeros días en este país que es maravillosamente verde, silencioso, bicicletero que esta tomando sus últimos respiraciones veraniegos y preparandose para el festival.

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