No es que no existen estos días.
Digo.
Están allí.
Pasan, laten, respiran y hablan.
Pero no dejan huellas.
Por donde pasan.
Sus latidos son suaves.
Las respiraciones silenciosos y el habla.
El habla bajito.
Son cinco arranques y medio.
Antes de empezar.
Borrar y volver a intentar.
De lo cuál no quiere decir que no pase.
Que no esta ocurriendo.
Se lava la ropa.
Se cuelga por donde se puede.
Y durante el lapso del día.
En algún momento entre que el sol sale para luego bajarse, las fibras de las telas vuelven a ser.
Se dobla, se guarda y un día lo vuelves a usar.
Nace el hijito se Samina y la hijita de Johanna cumple dos meses.
Nina da el consuelo que necesita Anne y Anita vuelve a su lugar en el mundo.
Mientras sigue cantando Monica y hace mis mañanas un poco más verdes.
En falta de primavera, en principio de gripe y en espera de esas flores que crecen al otro lado del río.
Digo.
Están allí.
Pasan, laten, respiran y hablan.
Pero no dejan huellas.
Por donde pasan.
Sus latidos son suaves.
Las respiraciones silenciosos y el habla.
El habla bajito.
Son cinco arranques y medio.
Antes de empezar.
Borrar y volver a intentar.
De lo cuál no quiere decir que no pase.
Que no esta ocurriendo.
Se lava la ropa.
Se cuelga por donde se puede.
Y durante el lapso del día.
En algún momento entre que el sol sale para luego bajarse, las fibras de las telas vuelven a ser.
Se dobla, se guarda y un día lo vuelves a usar.
Nace el hijito se Samina y la hijita de Johanna cumple dos meses.
Nina da el consuelo que necesita Anne y Anita vuelve a su lugar en el mundo.
Mientras sigue cantando Monica y hace mis mañanas un poco más verdes.
En falta de primavera, en principio de gripe y en espera de esas flores que crecen al otro lado del río.
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