Thursday, 18 February 2016

Hielo, lluvía y febrero

Después de abrazarte fuerte, vos que no puedes decir las cosas como son, pero no por maldad.
Simplemente no puedes.
Llega la tormenta.
La que siempre llega después de las tensiones y las no se puede decir.
Entonces te abrazo a ti y a la tormentas.
Las tuyas.
Las mías.

El la sacó a bailar en inglés.
Mientras el otro asombradamente, orgullosamente sacó las fotos.
Yo, la espectadora.
La disfrutadora.
Gozadora.

Hacía mucho que no iba.
Esta noche me di cuenta del porque y el porque.
El amor y las sombras.
Las sombras y el brillo al fondo.

El mozo mala onda que me puede.
Que me dice las cosas como son, sin filtro.
Que me choca un poco a la vez que me puede.
Porque quiero ser como el.
Por eso me caé bien y al final nos entendemos.

Volvamos a lo mismo.
Como el mi no deber juzgar.
Ellos eran un amor al final.
Después de mi mala juicio.

Y el traspirar, pero sin verguenzas.
Porque al final de todo es puro sal.
Amor y verdad.
Ganas, paz y sonrisa.

Es eso que quiero guardar en las cajas de vino del chino entre los libros, los recuerdos y los porques.

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