La semana fué dicha en pocas fotos. Pero algo hay. Como pizza casera, la foto en mi pared, mi en espejo en un baño humedo, un Agustin y Julio & Agosto.
De lo que no hay foto, lo cuento.
Hubo Gibraltar. Que cuando entras hay muros de personas y siento que el lugar podría facilmente ser algún pub de inglatera o Irlanda, pero lleno de argentinos.
Muy verde y madera oscura. Cuadros y la mesa de pool. El patio y el famoso sala vip.
Allí estaba Merlina que se cortó el pelo muy de la película Cabaret. Lindo lindo.
Hacía frío, pero la cerveza negra daba calor y así tambien la cara de ella.
Después había Pachamama, pero no aplaudir para que no nos escuchen los vecinos.
Llegó la Karla con K y su Felix y la Lu.
Elgímos el sofá más grande y cómodo para tirarnos y estar sentados cerca para sentir calor, porque había más fríos.
Más cerveza también en vasos de viejos frascos de yogur de eseos de vidrio y yo que tenía que hablar con Felix sobre Oslo. Un poquito más nomás.
Música en oidos y en cuerpos entramos así en calor y un poquito en harmonia.
Fué Merlina también con un amigo con gorro naranja y sonrisa linda.
Y la san juanina decia cosas chistosas.
Y Maru. Si. Me gustó verla allí.
Aplaudimos sin aplaudos y después hubo un piano y un capo.
Tocaba lo que pedías y casí podría llegar a ser un bar de esos antiguos, o de películas en blanco y negro, con todos rodeando el piano. Y unos con brazos apoyando.
Play it again Sam?
Cuando se hizo mañana y hubo más canciones con guitarra al fondo, la Pachamama no quería más y nosotro tampoco.
Todos querian camas con miles de frasadas y calores.
El sábado seguía fría afuera pero caliente adentro.
En el cielo hay un espectáculo de nubes y hay aroma navideña.
Y pies calentitos.
Cuesta salir, pero en brint me espera más mates y historias de una caida en una escalera.
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