Sakta sakta, långsamt älskling

Otra noche supuestamente "polar" bailamos cumbia colombiana en el cuarto de Lala.

Dos colombianas y una sueca.

La argentina esperaba una cita y la chilena estaba en otra.

Lala estaba muy patriota y emocional.

Hay algo con esas noches antes de ir a votar.

Que supuestamente (segunda vez) no te venden alcohol.

Obviamente Mariú consiguió cervezas igual.

Pero hay como una calma.

En el súper chino, como en enorme, no hay nadie.

Pasillos vacios y uno pasando el trapo.

Yo compro para hacer panchos.

Si, panchos!

Raro.

En montserrat había cyber y más calma todavía.

Lala me había invitado para tomar chocolatada caliente en tazas enormes.

Casí me tapa toda la cara.

Cuando terminamos con chocolatada, miles de palabras y Mariú se fué a maquillarse, Lala se pusó a full con la musiquita.

Más volumen, colores y calores colombianas y yo hize lo mejor que pude.

Por supuesto salieron los vasos de verceza fría, ya habíamos entrado en calorcitos.

A la vuelta a casa, todavía había gente en esos restaurantes lindos que hay en ese barrio.

Me gustó.

También me gustó que el 64 vino rápidisimou y llegar a casa bonita.

Ahora hay tees con miel y canela, scones, Lisa Ekdahl y un plan lindo para las que no pueden ir a votar!

Pero ustedes que si pueden, voten!

Y que su domingo sea lindo, muy!