Los días en Suecia pasan muy rápidos. Por más que hay luz. Hay personas importantes, festejos, mucha comida, bicicletas y ver las casas de todas. Las distancias entre casas, calles y parques son mínimas, pero yo tardo igual. Porque quiero sentir todo por dos. Así lo guardo en mi bolsillo y lo abro o lo siento cuando quiera después.
También es extraño estar aquí cómo en vacaciones. Todos siguen haciendo su vida normal. Trabajan, hacen las compras en el supermercado, salen a pasear con el perro y se levantan temprano. Yo hago mis cosas en mis tiempos. Que también son raras. Me despierto temprano igual, cómo todos. Pero todo lo demás es como en slow motion y fast motion en el mismo tiempo. Es flotando un poquito en el aire. Pero bien! Es un poquito como estar en un cuento.
Hoy uso la remera que me regaló mi hermana Isabel. Es naranja y tiene un mono. Eso va a ser mi honda hoy. Bien colorinche!
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