Ciudad, cuanto te quiero cuando llueves de noche.
Y tus entretiempos, entre lluvias y lluvias.
Suelo con lagos, pero como tienes botas de lluvia hay pies secos.
Nubes voladoras, aire mojada, gotas de techos y pelo undulado.
Es un placer caminarte así. Y me gustaría seguirte.
Duermo con la ventana toda abierta y se escucha los pájaros como suenan a las cinco de la mañana. A dónde van los pájaros en invierno?
Porque al escucharlas me doy cuenta que las extrañé.
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