Entre Gabriel y yo sacamos fotos del sur.
Fueron muchas a pesar que los días fueron pocas.
La ocación grande supongo yo, aunque relajado.
Allá igual creo que sería casi imposible el todo lo contrario.
El sábado volvimos a Bariloche y pasamos por las casas de las tías que nos regaló dulces y budínes. Un lujo!
Hubo compra de chocolates y cerveza artesanal y seguimos viaje.
Otro lujo es la camioneta de Agustin, el poder conectar ipod, tirarse a dormir en colchon y con frasada de plumas ahí atrás y ver Lost in translation con sonido suround.
Viajamos un dos días en clase buisness y comida Roquense.
Viaje de relámpago muy lo valió.
Al volver a Buenos Aires, el otoño había vuelto.
Hay sol fuerte pero viento fresco.
En casa paso un poquito de frío pero me niego estufa y pluma.
Si los arboles se están poniendose verde no hay vueltas atrás.
Tengo mi clase de sueco en una cafetería y nos caé bien eso.
Tomo la linea lila hasta Boedo en hora que todos lo toman.
Me gusta más en horas raras.
Pedimos comida china, bien china, y ventus que también rica me cayó en ese almuerzo en chascomús.
En un 53 que esta vez vino como un otro relámpago canta samba un chico.
Con sus manos en un cajón de madera, hace sacudir todo el colectivo y se ve sonrisa en gente.
El nene chiquito se pone a bailar y el chico atrás saca su flauta.
Un trio sin conocerse.
El viaje parece otro lugar y recompensa mi mal momento con el librero.
Si, me pelié con el librero. Es para segunda opinion, pero es largo.
Ahora sale café con leche!
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