Friday, 23 December 2011
En Rojo
Ahora me falta un poquito de banco, cola de banco y dos pago fáciles.
Supongo que es así. Cuando tienes una cosa, quieres otra. Y al revéz.
En la "ofi" esta muy tranquiliño. Grace está en casa cuidandose un poco.
Entonces el teléfono casí no suena. Salvo prosegur que quiere plata. Dame plata.
Ayer vino el marido de Inger y trajo una bolsa llena de ciruelas. Deliciosas.
Ahora estoy viendo que puedo hacer de rico con tanta cantidad.
Un poco regalé. Un otro poco comí.
Después vino Inger, la sueca.
La que trajo la foto dónde estoy en la panza de mi mamá.
Me ofreció un trabajo y pienso que debería aceptarlo. Ni pensarlo.
A la tarde hubo concierto en la iglesia y esta vez me tocó a mi.
Rauni estaba haciendo más delicias navideñas y me dejó provar el vino caliente.
En eso hay que reconocerla, es una capa.
Capos también eran los músicos que tocaban piano y violín.
No se como hacen, pero de golpe sentís que estás en una película.
Extranjera y lejano.
Humberto tenía fiesta en el patio.
Fiesta de hombres y de poker. Como en que jugaban poker y tomaban fernet.
Cuanto hace que no tomo un fernet. Sito.
Sergio me regaló un champagne y Enriqueta, un lapiz labial. Como si fuese que lo planearon junto. El combo. De conquista. Reconquista.
Tarde y todavía en calor tropical que aveces está muy buenísimo, tomé el 152 para juntarme con Lala y comer comida colombiana.
En Uruguay al 900 de golpe hay un restaurante colombiano. Como de la nada aparece colores, mucho rojo, lucecitas y decoraciones navideñas y bastante kitch.
Los mozos verdaderos colombianos y aguardiente en tetra pak.
Así nos gusta.
Pedí que Lala pida, ella es la que sabe.
Comimos arepas con pollo y carne y queso. Mucho.
Una salsita bastante picante y liquados de moras. Mmmmm!
De postre, una margaritha de maracuya. Compartida.
Justo ahí llegó Eli con su Leandro y a los cinco minutos, La Lucila también.
Con sus seis bolsos enormes.
Es la chica que siempre parece estar llendo y viniendo de algún lugar.
Esta vez iba a camino conmigo a mi casa para hospedarse la noche. Por sus alemanes.
Cuando salimos a la calle, la noche se había refrescado y la calle estaba vacía.
Tardísimo nos fuimos a dormir y es lindo pensar que ella ahora está en mi casa, espero sintiendose como en su casa.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
venís lo de agus y ahí vemos qué pasa?
ReplyDelete