Midsommar

Vengo de un país dónde el verano es casí como algo mágico.
Porque venímos de meses de frío y nos acostumbramos a eso.
Y cuando empieza a caér gotas de calor nos transformamos.
Cambiamos adentro por afuera.
Todo sacamos.
Sillas, mesas, manteles, copas, jugetes,  pelotas, comidas, bebidas, ropa, música, cartas, libros, revistas, muñecas de barbie, televisores, carpas, bloc de notas y así.
Sentimientos, besos, lagrimas, sonrisas, gritos, cariños, enojidades, verdades y mentiras.

Dicen que somos fríos, sin sentimientos, duros y vikingos.
El concepto que tienen de nosotros.
Porque no nos conocen, de verano, en midsommar.
En frío para entendernos.
El especie raro que somos.
Que yo creo que al fondo somos de lo más sensibles que hay.
Aunque bien tapados.
Abajo esas frasadas de seguridades sociales, estructuras buenas, morales, conceptos, IKEA y esos muebles fantásticos que podemos armar nosotros mismos.
Abajo el orden y cumplir con las reglas y normas.
Abajo de todas esas cosas fuertísimas.
Allí estamos, capáz no tan fuertes que aparecemos.

Hoy es el día más largo y la noche más corta del año.
Soy yo que estoy del lado equivocado. Al revéz de todo.

Midsommar.
Te vamos a festejar.
Porque sos uno de los días más lindos.
Y nos tocás. Cada punto sensible y honesto.

Vamos a pretender que estás haciendo calor y que el invierno argentino queda lejos.
Vamos a comer sueco.
Brindar en sueco.

Y también festejar que los días aquí cada vez van a ser más largos.
Que capáz que no estoy del lado tán equivocado.

Glad Midsommar!