Si. Son fotos viejas.
Dos años.
Si no me equivoco.
Es Uruguay y es marzo o abril.
Justo el otro día andaba buscando esa foto en blanco y negro.
Yo sonriendo y tapando un poco mi boca.
Y ayer Anita me dice, mira esta foto que tengo, y era esa.
Es sierto que es linda.
Esta Frida también.
Que yo estos días siento que sería muy lindo tenerla aquí.
Que venga a Benito.
O que tomamos otra cerveza en la vereda.
Como hicimos Agus y yo el otro día y en sol.
La remera con rayas. También me acuerdo.
Estará en Suecia ahora.
Dónde de nuevo estan unidos tuti la familia.
Porque Isabel está de visita.
Esta de paso, cerrando capítulos y capaz liberandose.
Llenando, vaciando y vendiendo cosas.
Cajas.
Esos paquetes que vamos cargando, juntando.
Y que en algún momento lo soltamos.
Nos animámos a.
Yo dejo llaves y de golpe me doy cuenta de que el llavero pesa menos y se ve más chiquito.
Es un paso y yo siento alivio en la planta de mi pié.
Pensé que me iba a costar más.
Eso de ver el departamento vacío, frío y solo.
Despedirme de.
Ese cielo, los 102 gatos y los ruidos de los vecinos.
No.
Fué triste un microsegundo y al cerrar la puerta sentí que era más la idea de, y no tanto el hecho.
Creo que ese año no fué muy wow, como diría Lala.
Que la extraño.
A esa Colombiana que ahora esta tapada de pie a cabeza porque en sus alrededores cae nieve.
Me doy cuenta que el tiempo pasa muy rápido igual y que pronto la tendré cerca de nuevo.
Anita esta enferma y creo que hay un vaíven de bacterias y viruses.
Primero yo, después ella.
Ahora yo de nuevo.
Así. Como ping pong.
Eso de contagiarse.
Y que quisiera ser más como madre en esas circumstancias.
Cuidar y mimar más.
Pero es algo que no me sale tán fácil.
Entonces fué fin de semana en bastante casa.
Cenar en Boca Boca con Agus y su chica.
Trabajar todo el día con lijar piso hasta que tu pelo esta blanco de polvo y la garganta todo rasposa.
Creo que tragé más polvo que saqué.
O algo así.
Y que vino Kubric.
El nuevo miembro en la familia.
Es chiquito pero fuerte.
Marrón y blanco.
Salta casi dos metros en el aires.
Es juegetón y mimoso en el mismo tiempo.
Fuimos a caminar mucho.
Conocernos de esa manera.
Y esta noche no pude decir que no cuando se acostó en la cama.
Creo que yo a el le debo caer bien también.
Así se dice, no?
También hubo trabajar en la iglesia, hablar con madre demasiado temprano por la mañana, compartir noche fría con los vecinos, desordenar y gozar en ese sol de invierno que es hermoso, analizar y sacar conclusiones de y de y terminar fin de semana con budín y dulce de leche.
Así empieza más lindo la nueva semana.
Feliz arranque!