Eva Besnyö se llama la fotografa.
Y que lindo eso de cuando encontrás esas fotos lindísimas.
Lunes y nos costó levantarnos.
El fin de semana estaba más lleno de horas con ojos abiertos y despiertos, que cerrados.
Escuchar un poco de jazz.
Como en películas alegres y dónde todos están felices.
Andar en bicicletas.
Tomar vino, pero sin repetirse de.
Salir con el perro antes que el vecindario se haya levantado de sus camas calientes.
No sé quién lo disfruta más.
El o yo.
Asado en sueco y inglés y de nuevo poder abrazar a una de las chicas más lindas en el mundo.
Ella volvió y que suerte.
Aunque sé que ella va a seguir en esos pasos.
Y que no se va a quedar con nosotros por mucho tiempo.
Hay tanto para descubrir.
Y sentir un poco que ahora conosco un poco más al novio de Johanna.
Por conocer su tía y sus primos.
Y que eso pasó aquí. Es lindo pensamiento.
Comemos helado en el patio y los mosquitos nos comen a nosotros.
Cuanto helado y recién es septiembre.
Cuantos mosquitos y recién es septiembre.
Se hace de noche y prendemos luces y música.
Pero seguimos en patios.
Ellas comparten aventuras entre esmaltes y quitauñas.
Yo gozo en eso.
En ellas.
Y que la noche sigue así.
En patios.
Con otra cara y siento que no puedo parar de mirar y gustar lo que veo.
Y lo que siento.
Que es algo de lo conocido distinto.
El domingo es más fresco y ventoso.
Igual hay reserva con mate y facturas.
El río parece mar y la frasada tejida nos da calor.
Por la tarde, después cuando el cuerpo esta cansado y la cabeza un poquito tambíen.
Hay partido en el barrio y que Ani vuelve justo la hora perfecta.
Para medialunas y café con leche.
Es lindo eso de que casí siempre estamos en el mismo modo.
De.
La hora del café.
La hora de un fernet.
La hora de frutigram.
Y así.
Compartir eso.
En silencios.
Después caminar y terminar noche con maraton de friends.
Perfectísimo.
Chau fin de semana.
Hola Lunes.
Semana, estoy preparada para enfrentarte.
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