Friday, 23 November 2012

Broches

Sigo pensando en Del Viso.
Late un poco en mi. Ahí.
El pasto verde y los arboles.
Esa casa que es de cuento.
Pero un cuento de verdad.
Los perros.
Gila.
Los colores que había sobre esa mesa de madera.
Los sabores.
El sobre mesa.
La lluvia y el arból que nos protegió.
Los panes.
El pasto mojado y sentir eso en la planta del pie.
Pies desnudos.
Respirar y se escucha los pájaros y nada más.
Todo eso sigue adentro.
Y lo saco a pasear y dar vueltas por ahí cada rato.

Nececitaría un dósis más fuerte de eso.
O un rato más.
Unos días.
Gozar en.
Quedarme en.
Poner un poco pausa y freno.
Todo lo demás y alrededor va tán rápido.
Girando.
Que yo no me doy cuenta.
Que es noviembre y hoy es el cumpleaños de mi Shana.
Que la remera esta alrevéz.
Que el botón está abierto y que está jugando Brazil y Argentina.
En tu barrio.
Que es mi barrio también.

Ahora somos muchos, los que vivimos acá.
Por eso también es muy lindo salir a pasear un poco en lo otro.
Para después, y tarde, volver.
Al río.
Cruzar la ciudad un martes que resultó ser un martes un poquito de marte.
Tomar un colectivo que no sabía de.
Conocer esa casa en luz de día.
Y verlo de otra forma.
Dominguar.
Un martes.
Con un ventilador.
Dos ventiladores.
Una terazza dónde se ve otro cielo y dos edificios.
Un vino un poco más fresco y el que barre.
La que habla y hace las preguntas.
Y así en una harmonía rara.
El árbol que casí hace una cúpola adentro del cuarto.

Después hay falafel y es casí como la de mi ciudad.
De golpe estoy en Rosengård y es hermoso.







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