A las nueve por la mañana me llegan mensajes amorosos en el celular.
Habla algo de un banco, en castillo y que el tiene ganas de verla temprano hoy.
Si, para mi que es un el.
Y no sé si debería contestar que no soy yo, la que el busca.
Y mirá si por este mensaje que nunca le va a llegar, cambia la historia.
Cuanto responsabilidad.
Sigue siendo temprano y se suponía que mi mañana se iba a tratar de las formas de los verbos y de sus tiempos. Importantes.
Pero algo y hoy me lleva más a esto.
Talvez porque ayer me emocioné un poco.
Con todos estos agradecimientos.
A Suecia, a Argentina, a los exiliados y a los suecos mismos.
Los de allá y los de acá.
Hablaron y algunos dijieron cosas que dieron un poquito de vueltas y saltos en mi.
Por el costado bien.
La música también.
Y ella, que ahora espera un bebé.
Unión real real entre Suecia y Argentina.
Hablaron del frío nórdico y la passión latina.
Que al fin talvéz es exactamente lo mismo.
Que nos lleva a hacer las mismas cosas pero distintos.
Y eso de que tiene que existir las dos cosas.
Como para equilibrar.
Son las personas también que lo somos.
Ese equilibrio.
Tratar de encontrarlo entre los autos, el calor y los edificios.
Tratar bien.
Volver caminando, traspirando y sentir qu
e es momento perfecto y ojalá que podía seguir así.
Es la primavera de verano.
Hoy, Kubric busca un lugar fresco y se mete abajo la mesa a lado mis pies. Yo tomo el te en ropa interior y los perros a lado ladran. Obvio.
Creo que empezó ese tiempo ahora.
Tiempo de calor y poca ropa.
Litros de agua y suspiros de alivios en las duchas casí frías.
Hoy llega el amigo alemán de lu.
Hoy toca tango en verdi.
Hoy seguiremos ardiendo.
Y no está nada mal.
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