Tuesday, 6 November 2012

Sopa de letras


Sopa de letras en el colectivo.
Que arde.
La gente y sus suspiros de irritación porque el tránsito es un kaos y hay que agarrar otros caminos.
Arden. Y no se dan cuenta que se va a sentir más calor así.
Si no se relajan. Un poco.
Como debería hacer yo también.

Seis de noviembre y esto es el principio de un verano largo.
A mi, algo de aires me está llegando igual.
Y veo las flores lila de ese arból. Jacaranda es?
Es comienzo de otro estación.

Grito a Agustín en la calle, pidiendole cosas que no debo pedir.
Porque algunas cosas son así.
Debería ser más adulta a estas alturas.
Aveces siento que cada vez menos.

Eso de no decir las cosas bien. Y explotar.
Cuando hay miles de formas buenísimas para decirlas.

No hay que tirar basuras en lugares que no sean los cestos.

En casa había mercería, porque ella se está preparando para un viaje largo y creo que de eso me voy a dar cuenta después.
Cuando ella está en el medio de todo eso.
Kubric estaba agotado de caminatas y calor.
La música era brasilera y yo destapé las cosas.
Ella escuchaba.
Sacamos cocktails y eso de suavizar.

Cambiamos de casa y era un poquito como llevar pic-nic.
Al final, mucho mejor.
Reirse un montón sobre el camino con los perros salvajes y momento dificil 1 y 2.
Como si fuese un videojuego, aunque sé que ya no se llaman así.
Se portó bien y creo que Ani tiene mucho más control que yo.
En todos sentidos.
Había velada en la terazza de una parte de los del club.
Que lujoso, eso de ensayar al aire libre y varios pisos más arriba que los demás.
Pusimos el pic-nic sobre mesa y al final y un año más tarde, abrimos esa cidra que tenía yo.
Si, noche de cidra.
A mi papá le hubiese gustado.
Al chico inglés también.

Y que allí arriba se puede respirar de una manera distinta.
Más con guitarras y cajones.

El dormir en calor, ayer lo sentí.
Cambié de cuarto, cama y ventilador.
Litros de agua.
No estuvo mal.

 Por ahora es eso. Y el café negro.

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