La siesta

Sin parar

Es un vai ven constante y sin parar, cuando estamos quietos tambien.
Se sigue moviendo.
El movimiento.
Es un tirar.
Ver quién es el más fuerte.
Y después de haber logrado mostrar justamente, eso, qiuén es el más fuerte.
Se cambia de lugar.
Las cosas.
El fuerte ya no es más el fuerte.
Pasa la pelota al débil que ahora va a jugar el otro papel.
El juego.
Es cruel y peligroso.
Y somo siegos de darnos cuenta de eso.
Pica, rasca.

Se pregunta, un día terminará?

Y de los otros.
Que ven, sienten y no saben que decir.
Porque nos quieren proteger.
Saben que es dañoso y riesgoso.
Jugar con esas reglas.
También y sin querer terminan siendo parte de.

Ruedas.
Viciosas.
No de madera y harmónicos que hablan de otras cosas.

Un jueves

Hay una niebla calurosa y pegajosa sobre la ciudad y su gente.
Es blanca y pesa.
Nos hace mirar un poco por abajo y llevar los hombros gachados, en vez de derechos.

Anoche hubo partido internacional en el barrio.
Y se sentía.
La gente estaba más azul y oro que nunca, pero no me llegó tanto.
Sentí más olor a cerveza y cuerpos humanos.
Tampoco sé como terminó.

Nosotras fuimos al centro okinawense y allí también estaba Jorge.
Que nos contó un poco de el.
Pero esta vez, verdaderamente verdadero.
Nos tocó mesa más linda y fué lindo de punta punta.
Tuti.
El regreso en el 53 también.

Antes había pasado Mariano para reflejar sobre la vida con un vaso de jugo.
Eso había agregado cosas lindas de ese día también.

El vecino de a lado, con el perro viejo y enfermo, ya no me saluda.
Se ofendió porque no dejo que Kubrick se acerca.
Por las dudas.
Pero más por el otro perro.
Y el lo debe haber tomado personal.
Muy personal.

Decidí que no puedo hacer nada sobre eso.
Y tratar yo, de no tomarlo personal.

Esta noche hay cena casera en casa.
Con invitada.
Parece que va a haber champagne.
Y eso dice mucho.

Pero antes hay que preparar clase de sueco.
Caminar y sudar.
Tomar café y cerrar un poco los ojos.
Respirar profundos.
Y mirar.

Verdaderamente.
Mirar.

subir y bajar montaña

martes 34

Pienso que por la mañana es más fácil.
Y que las voy a encontrar allí.
Pero raramente es así.
Igual.
Sique siendo lindo.
Porque es temprano y antes que todo.
Empieza.
Los ruidos.
El sol fuerte.
Las traspiraciones.
Entonces intento.
Igual.

Ayer llamó Anita de su Mexico.
Yo estaba fregando pisos en calor y me agarró de sorpresa.
Al esucharla, mis ojos se llenaron de lagrimas sin querer.
Debe ser que siento más fuerte de lo que me imaginaba.
Fué lindo esucharla.
Y tener un poco de ella y sus cosas lejanas en el cuarto numero dos.

También pasó que compramos mi pasaje para irme a Suecia en veranos.
Que en realidad es invierno.
Parece un poco lejano pensar en agosto y septiembre, pero es mucho más cerca que eso.
Es allí.
Entonces brindamos por eso y Vicky me auydó a hacer planes económicos.

Después llegó Agus que tenía cosas para contar.
Nosotras compartimos el vino y escuchamos.

El club de los lunes pasó en gualeguay y en la terazza de Pot.
La casa estaba lleno de muchachos e niños.
Había globos de agua que explotaban por aquí y por allá.
Dos perros.
Empanadas y ni una gotita de viento que soplaba.

Un poco como tiene que ser.
En febrero.

and a little bit more

Bariloche