Los mensajes que te dejan.
Yo sueño que un chico con ojos grandes me besa.
Mucho.
La otra noche era yo que estaba en un lugar muy alto y miraba abajo con mucho miedo a caerme en eso que había ahí abajo.
Me desperté y era sueño.
Son sueños llenos de frases.
Estos días hay muchas cosas para vivir, entonces todo lo otro se queda en casa.
En el fondo.
En otro momento me puedo juntar con ellos, pienso.
Escuchar lo que me quieren decir, lo que esperan de mi y como nos vamos a tratar.
Como vamos a encontar el equilibrio y llevarnos bien.
Tener un pedacito y por un rato a Colombia en mi casa, es hermoso.
Porque no hay cosas en el medio.
Y mientras ella hace sus planes de lunes, yo preparo budín y prendo palo santo.
Aunque no hace falta porque últimamente, las cosas vienen y son puras.
No hace falta limpiar. Nada.
Colombia también tráe otras personas.
Y una noche la casa se llena de cuatro páises y pienso que eso no va a volver a pasar en mucho tiempo tálvez.
Chile cuenta cosas que nunca me había imaginado podía salir de ella.
Y estaba fuerte.
Creo que esa es ella y no la otra, que yo conocí sin conocer hace unos años atrás.
También hay trenes.
Algunos que van para el sur, otros para el norte.
Son distintas las velocidades.
Y lo que llevan.
Hay muchos soles de otoño y que ahora se siente en la piel.
Que son distintas las temperturas y las cosas que uno elige.
Hacer.
Abrigos, caloventor y prender horno y no estufa.
Estufa todavía no.
Hay más cosas que quisiera contar de.
Que nececito contar de.
Todo a su tiempo.
Paso a paso.
Es muy lindo esto también.
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