Thursday, 30 January 2014

Las partes verdes

Es alto y tiene pelo rubio.
Lleva algo escandinavo sobre su hombro izquierdo.
O si es la derecha.
Deja su puerta abierta, dice no sé y cumple años dos días después que yo.
No sabe bien para donde va, pero sí, de donde viene.

Esa es mi teoría.

Yo todavía llevo el gustito de la berenjena al ajo que cocinó Ayleen, 20 minutos antes del volver al invierno.
Pero más fuerte es el abrazo de Francis.

La casa pareciera estar en orden.
Por más que cayeron milquinientostreintaysiete gotas de lluvia.
Que las flores y las plantas se pusieron contentísimas.
Kubrick no tanto porque eso de mojarse no es su onda.
Igual mueve su cola como si no hubiese ningún mañana.
O ayer.

El no orden se encuentra arriba de la cocina, entre mis cajas y la cama sin hacer.
Se.
Nunca.

Sebastián me invita a su casa nueva, que en realidad no es tan nueva, pero para mi sí.
Es antiguo y en frente hay un convento de monjas.
Abajo mi brazo llevo un treintaytres y en la mano, medio kilo de superdulce de leche entre otros.
El me cocina sueco, hablando de Córdoba y su gato con nombre difícil de pronunciar pareciera ser el rey de la casa.
Allí también se escucha las conversaciones de los vecinos y de lo que van a comer.

Es el ante último día de enero y todavía se puede respirar.
Las calles siguen un poco más silenciosas que de costumbre.
Y yo buscando el Plan B.

Ella deja sus lagrimas por donde va.
Sobre la mesa de cocina, en el vestido con rayas y sobre el colchón de Anita.
Para siempre y ahora, va a quedar el recuerdo y la sal de ese enero cuando cayeron tantas gotas de felicidad.

Hay mucho reirse también.
Putear.
Y dormir siestas largas.

Es jueves y pienso que si como la parte verde tal vez me va hacer bien.

Wednesday, 29 January 2014

Sunday, 26 January 2014

Saturday, 25 January 2014

Una palmera en mi mano

Y un día viene el otoño de visita.
Sabemos que va a ser una visita corta.
De relámpago.
Un poco imprevisto también.
Pero sobre todo, hermoso.

La visita sopla fuerte y fresco.
Los nubes vuelan rápido y el sol te mira de por ratos.

La visita trae a María también.
A mi otra casa donde todo es distinto, pero ahora un poco más familiar.
Pibita se queda dormida atrás de la nuca de Mery mientras que ella cuenta de Mar Sur, de la abuela charlatana, de ojos mirando fijo y los no celos.

Es un ratito nomás, pero es todo.

Después nos lleva el 29 a la misma velocidad que el viento de otoño de visita.
Por adentro pido que nos siga acompañando.
Quiero sacar cada gota de el, refrescar los pensamientos y movimientos.
Cada parte del cuerpo, un descanso.

Es Uriarte, a unas cuadras donde vivía en esa otra vida.
Que queda cerca, aún lejos.
Es la casa de Karolina.
Karolina, que podría ser actríz en una película de Woody Allen o de Almodovar.

Su casa está llena de velas prendidas y un sahumerio que vuele a hogar.
Hay madera y cuadros que te tocan.
Es un lugar donde antes que te hayas ido, ya sabes que quieres volver.
A.

Ella nos cocina comida de la india.
Y estar allí, en eso, es amor.
Todo.
Los platos, el sabor, las palabras que cruzan la mesa, las risas y el viento que nos acompaña y que baila en las ramas del árbol afuera de su ventana.

Es fortuna.
Y sinceridades.

Que eso también me hace ponerme un poco sensible.

El otro día, la visita todavía no se ha ido.
Pero me dice sin decirlo, que es hoy, mañana no.
Entonces me pongo ansiosa.
Hay tanto que quiero hacer. Hoy.

Después me calmo.
Porque se que nos vamos a volver a ver.

Thursday, 23 January 2014

Francis se fué

Es una capa.
Es pegajosa y transparente.
No se ve. Se siente.

Con ella y en ella, los pasos van lentos.
La respiración no llega a tocar profundidades y cuesta hablar.

Se ve borrosa.
Como borracha.
Camina un poco inclinada y sin rumbo.

Pero va a llegar.
A su fin.
Que es donde empieza todo.

Del otro costado està el.
Que es cuando te olvidás de llevar la camera en tu bolsa de tela azul y pesada.
Sin llevar nada adentro.

El tiene 7 puntos y sangre en la remera.
Sus botas de cowboy, de gaucho.
De niño. Niño y viejo.
En el mismo tiempo.

Te lleva a pasear un poco.
Olvidarte de la pegajosa.
Un rato.

Es una noche calma, cuidadosa y silenciosa.
Es hermosa tu noche.
Paseando por esos costados.

Tuesday, 21 January 2014

Otros colores


Cuando Johanna te manda fotos de allá




En la casa de Mana

Buscandome estando en otras casas.
Tomando café en tazas que no elegí yo.
Abriendo puertas de alacenas que tienen otros paquetes de arroz.
Cajones que llevan otras cosas adentro.
Regando otras plantas y enchufando otros ventiladores.
Escuchando sus discos y no conocer la música.

Hay un gato y no un Kubrick.
Es chiquita, gris y lleva puesto un collar rosa.
Ella es Pibita.
Y su juguete es un tiburón de tela.
Ayer lo metió en uno de los bowls de agua.
Como si supiera que es un animal de mar.

No sé si es un escapar o encontrar.
En este otro contexto.
Donde no hay nada mío.
Entre otras cosas.
Es un especie de sentirme un poco libre.
Suelta.
Des atada.

Tal vez allí me puedo encontrar.
Aunque sea un pedacito.
Es suficiente.

Vacaciones en la ciudad.
De la ciudad.
Pausa y respiro de todo lo otro.
Que no tiene nombre.

Pensaba tomar mi tiempo en esto.

Monday, 20 January 2014